En el primer cuarto del siglo pasado, la ventriloquía ganó popularidad gracias al valenciano Paco Sanz. Entre los artistas que surgieron entonces, el más destacado fue Eugenio Balderraín Santamaría, conocido como Balder, nacido en Madrid en 1878. Balder debutó en el teatro Romea de Madrid en 1906 y en 1909 se trasladó a Argentina, donde alcanzó grandes éxitos y publicó un tratado de ventriloquía. Regresó a España en 1911, adquiriendo una gran popularidad y convirtiéndose en el principal rival de Sanz.
Balder fue el primero en afeitarse el bigote, práctica común entre los ventrílocuos para ocultar la pronunciación de consonantes labiales. A diferencia de Sanz, que contaba con un equipo de colaboradores, Balder fabricaba sus autómatas en un semisótano de la calle de la Cruz. Sus personajes más queridos eran Don Cleto, Luisito Kiriki, Gaonilla, Doña Cañerías y Serapio Florido, conocidos por su humor castizo madrileño.
Entre 1913 y 1915, Balder tuvo gran éxito con sus funciones en el parque del Retiro. Publicó la revista satírica Cleto y actuó ante los reyes de España. En 1922, Enrique Jardiel Poncela escribió un artículo sobre sus populares muñecos.
Inspirado por su estancia en Argentina, Balder creó la Orquesta Criolla Madrid – Buenos Aires en 1930.
En 1935, presentó muñecos basados en Betty Boop y Mickey Mouse. Durante la Guerra Civil, participó en numerosas funciones benéficas. La decadencia del género tras la guerra redujo su actividad, y se retiró en los años cincuenta. Falleció en Madrid en 1964.
El Museo Nacional del Teatro en Almagro exhibe la Orquesta Criolla Madrid – Buenos Aires de Balder.
Comparar listados
Comparar