Don Bernado de Sandoval y Rojas fundó el monasterio de monjas cistercienses de san Bernardo de Alcalá de Henares en 1613. Las obras comenzaron en 1617 y fueron encargadas a Juan Gómez de Mora, arquitecto de la Plaza Mayor de Madrid. Luis de Oviedo fue el albacea testamentario de Sandoval y Rojas, encargándose de la finalización del monasterio y de todo lo necesario para que se cumplieran sus constituciones y comenzara la vida de clausura.
Pocos años antes de morir el 7 de diciembre de 1618, Sandoval y Rojas quiso premiar la fidelidad de Luis de Oviedo para asegurar, casi al final de su vida, el futuro económico y el bienestar de su fiel servidor. En 1616, le concedió una canonjía en la catedral de Toledo. Pero el poderoso cabildo catedralicio se negó y provocó un intenso enfrentamiento con el propio arzobispo. Curioso pleito que llegó al tribunal de la Rota de Roma, fallando a favor de Luis de Oviedo, aunque, debido a fuertes e interesadas presiones (sobre todo del cardenal Antonio Zapata) el papa acabó por anular el nombramiento. Una de las justificaciones tuvo que ver con la limpieza de sangre, aunque el trasfondo era mucho más complejo.
El enfado del arzobispo Sandoval y Rojas tuvo que ser mayúsculo. El historiador Luis Cabrera de Córdoba, en su «Relación de las cosas sucedidas en la corte de España desde 1599 a 1614» dice lo siguiente:
«Hase retirado en Alcalá el cardenal de Toledo por el sentimiento que ha tenido de haber mandado su Santidad no pudiese residir en la iglesia de Toledo Luis de Oviedo, criado suyo, a quien había dado canonicato, y otro racionero y capellán que asimesmo había proveido, porque no convenían en ellos las cualidades del estatuto y habiéndolos habilitado la Rota de Roma y estando en pacífica posesión, a instancias del cabildo, su Santidad les ha mandado sacar de ella, con que puedan gozar de la renta de las prebendas en sus casas. El cabildo a fundado un óbito perpetuo en aquella iglesia al cardenal Zapata, por haber enviado despacho de su Santidad, de protector de España y como a bienhechor de aquella iglesia, en señal de agradecimiento».
Su capilla, con cripta funeraria, laudas y escudos familiares de Luis de Oviedo, se dedicó a la Ascensión de Cristo. Cuenta con un bello lienzo de Ángelo Nardi, donde aparece el propio pintor mirando hacia el espectador con un libro en la mano. En ella se puede leer:
«D.O.M. / Aquí yaze Luis González de Oviedo, del consejo de sus majestades católicas D. Fhelipe III y IIII. M.SS. i su secretario, camarero, contador maior i testamentario de el eminentissimo Señor D. Bernardo de Sandoval i Roxas Arzobispo que fue de Toledo, fundador de este ynsigne conbento. Dexole privativamente al cuidado de su fábrica a que assistió desde su primer fundamento hasta el fin. En remuneración deste i otros muchos servicios suios i de su padre le hizo maiordomo de la propiedad i dominio desta Capilla. En cuio reconocimiento con singular piedad i amor fundó en ella tres patronazgos con trescientos cinquenta ducados de renta perpetua i carga de doze missas cada semana en este altar. / R.IN.P»
Como curiosidades esta Iglesia de las Bernardas contiene más de 1000 escudos de Don Bernardo y la mayor colección de cuadros de Ángelo Nardi.
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