Manuel Dicenta Badillo (Madrid, 20 de mayo de 1904 – 20 de noviembre de 1974) fue un destacado actor español, reconocido por su influencia en el teatro y el cine de la segunda mitad del siglo XX. Su legado como intérprete abarca tanto la escena teatral como la pantalla cinematográfica, destacándose en ambos campos por su maestría y versatilidad.
Manuel Dicenta Badillo nació en Madrid, hijo de la actriz Consuelo Badillo, quien fue una figura destacada en el teatro español durante la última década del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX. Su madre, tras enviudar del director de teatro y político Ricardo Ducazcal García, se casó con el dramaturgo Joaquín Dicenta Benedicto, padre de Manuel.
Con la intención de estudiar Ingeniería de Minas, Dicenta Badillo se vio obligado a cambiar de rumbo tras la muerte de su padre, contribuyendo económicamente a su familia. Influenciado por su madre, comenzó su carrera en el teatro como meritorio en la Compañía de Fernando Díaz de Mendoza y María Guerrero en el Teatro de la Princesa en 1924. Su debut profesional fue con la obra Pobrecito carpintero de Eduardo Marquina.
En 1927, Dicenta hizo su debut en el cine con un pequeño papel en El bandido de la sierra, dirigido por Eusebio Fernández Ardavín. En 1929, alcanzó su primer gran éxito como galán joven en la Compañía de Catalina Bárcena, con Vidas cruzadas de Jacinto Benavente. Para 1932, ya era primer actor, y se consolidó en los teatros Lara y de la Comedia de Madrid.
Poco antes de la Guerra Civil Española, actuó en la película Don Floripondio y en Morena Clara de Florián Rey, destacando por su interpretación del hermano juerguista del fiscal en esta última película, protagonizada por Imperio Argentina.
Tras la Guerra Civil, Dicenta regresó al cine con películas como Verbena de Edgar Neville y Rosa de África de José López Rubio, estrenadas en 1941. Sin embargo, su verdadera pasión era el teatro. Fundó su propia compañía en 1939 después de trabajar en las compañías de Gregorio Martínez Sierra y Pilar Millán Astray. En 1946, se convirtió en primer actor de la compañía del Teatro Español de Madrid.
Durante este período, se destacó en papeles históricos y épicos en obras como La conjuración de Fiesco en Génova de Friedrich Schiller, El médico de su honra de Pedro Calderón de la Barca, y Ricardo III de Shakespeare. Su interpretación de Crispín en Los intereses creados de Jacinto Benavente en 1956 le valió el Premio Nacional de Teatro.
En la década de 1950, Dicenta también se hizo un nombre en televisión, participando en programas como Primera Fila y Estudio 1. Su vocación docente se manifestó en 1961, cuando comenzó a enseñar Interpretación en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, un puesto que ocupó hasta 1970.
En cine, su presencia se hizo más esporádica después de 1952, aunque participó en películas notables como El cerco del diablo (1952), Cerca de la ciudad (1952), y Aeropuerto (1956). En 1970, apareció en el programa infantil Carrusel del domingo.
Manuel Dicenta dejó un legado duradero en el teatro y el cine español. Su voz característica y su habilidad para interpretar tanto el teatro clásico como el contemporáneo lo hicieron una figura influyente en la escena cultural española. Su influencia se extiende a las generaciones siguientes a través de sus hijos: Daniel Dicenta (1937), quien es padre de la actriz Natalia Dicenta, y Jacobo Dicenta (1972), de su matrimonio con Josefina Pérez Gago.
Fue galardonado con varias distinciones, incluyendo la Medalla al Mérito en el Trabajo (1972), la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes, la Medalla de Oro de Valladolid, y la Medalla de Plata de la Confederación de Cajas de Ahorro, entre otras.
Manuel Dicenta falleció el 20 de noviembre de 1974 en Madrid, dejando tras de sí una carrera que marcó un hito en la cultura teatral y cinematográfica de España.
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