Cada 13 de noviembre en la Iglesia Catedral Magistral de Alcalá se expone el cuerpo incorrupto de San Diego. Allí reposan sus restos en una urna de plata del siglo XVII. Fieles y devotos celebran esta peregrinación en suelo catedralicio en una emotiva jornada de fervor religioso y “alcalaíno”. Cáritas está presente durante toda la jornada con una recogida de alimentos en la capilla de San Diego del templo catedralicio.
Por su capacidad intelectual, San Diego pudo haber sido un importante dirigente de la Orden de los Frailes Menores de la Observancia, es decir, de la orden fundada por San Francisco de Asís, sin embargo Fray Diego decidió tener el oficio más humilde del convento complutense de Santa María de Jesús.
El santo milagroso de los pobres y de las rosas
Alcalá, hasta casi finales del siglo pasado sufría numerosas inundaciones por los desbordamientos del arroyo Camarmilla y del río Henares. Y siempre que llueve con fuerza, ante el miedo, sus habitantes recuerdan las palabras de San Diego: “mientras yo este en Alcalá, Alcalá no se anegará”. Y es que San Vicente Ferrer profetizó en 1412 que Alcalá desaparecería bajo las aguas. Desde entonces el cuerpo de San Diego nunca ha salido de la ciudad.
Uno de los milagros que se atribuyen y que más se recuerdan de San Diego es el del príncipe Carlos “El Hechizado”. Allá por 1562, el hijo de Felipe II tropezó por las escaleras del Palacio Arzobispal, quedando gravemente herido. Ningún médico hallaba la solución y cuando parecía que iba a desembocar en un fatal desenlace, el duque de Alba recordó la fama de milagrero del santo y ordenó que lo sacasen del sepulcro y lo llevasen en procesión hasta la alcoba de don Carlos. Introdujeron el cadáver incorrupto de San Diego y, según cuentan, casi de inmediato empezó a recuperarse.
Se cuenta que conocida su vocación por ayudar a los pobres, en ocasiones faltaban raciones en el convento. Sorprendido por uno de sus superiores saliendo del convento, este le preguntó que llevaba bajo sus ropas; sólo flores, respondió San Diego y requerido para demostrarlo, sacó un enorme ramo de rosas de entre sus ropas
La urna de plata donde se encuentra el cuerpo incorrupto se abre a los fieles cada 13 de noviembre durante todo el día. Dicen que este santo bondadoso concede el deseo que se le pide, y creyentes o no creyentes, lo cierto es que cientos de personas se acercan para ver su cuerpo incorrupto.
Curiosidades. La mano incorrupta de San Diego
Las monjas concepcionistas del convento de Santa Úrsula, en la calle del mismo nombre, presumen de guardar la lápida de la tumba original de San Diego desde hace cinco siglos, y una mano, también “incorrupta”, como reliquia.
Lope de Vega le dedicó el soneto: “La verde yedra al tronco asida” y el drama “San Diego de Alcalá”.
“La verde yedra al verde tronco asida,
trepando por sus ramas tanto crece,
que yedra el árbol y ella árbol parece
enlazada en sus brazos y extendida.
Allí ve su flaqueza sostenida,
y esto tanto la estima y agradece
para engaste de aquel que le dio vida.
Así a la cruz divina, Diego asido,
sus brazos con los vuestros enlazados.
arribaste por ella al alto cielo.
Con tal frescura tanto habéis crecido,
que entre los que acá tiene más preciados,
para su amparo os reconoce el suelo.”
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