El 5 de diciembre del año pasado, un grupo de teólogos en el Vaticano aprobó el carácter martirial de la muerte del P. Teófilo Fernández de Legaria Goñi y sus compañeros, miembros de la Congregación de los Sagrados Corazones, asesinados en agosto de 1936 durante la persecución religiosa en España. Teófilo nació en Torralba del Río (Navarra) el 5 de julio de 1898. Fue ordenado sacerdote en 1923 y doctor en Teología en 1925. Se destacó por su defensa de la Iglesia durante la República y su labor como superior y director del Seminario de San José en El Escorial.
Cuando estalló el conflicto en 1936, decidió quedarse en El Escorial, dirigiendo el hospital que se estableció en el convento, aunque tuvo la opción de huir. Su dedicación a los heridos, junto con la ayuda del alcalde republicano, le ganó el respeto de todos, incluso de los anticlericales. Sin embargo, un miliciano a quien el Padre Teófilo había ayudado en el pasado, lo denunció. El 11 de agosto fue arrestado y llevado fuera de El Escorial, donde fue ejecutado sin juicio en el lugar conocido como »La Piedra del Mochuelo». Su cuerpo fue enterrado en el cementerio de San Lorenzo de El Escorial. El miliciano que lo denunció presumió públicamente de su muerte. El Padre Teófilo fue asesinado a los 38 años, dejando un legado de bondad y sacrificio.
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