José María Alvira (Zaragoza, 1864 – Madrid, 1938) fue un maestro de coros, director de orquesta, concertador de ópera y zarzuela, y educador de voces.
Compositor de zarzuela, director de la academia de canto del Teatro Real y maestro concertador del mismo, destacó en el ámbito lírico. Nacido en Zaragoza (1864), falleció en Madrid (1938). Fue profesor del Teatro Real, donde, gracias a su dominio de varios idiomas, formó voces destacadas en el mundo lírico. También dirigió coros y orquestas en teatros como el Parrish y el Teatro de la Zarzuela. En 1904 colaboró con la sociedad El Teatro y dirigió el grupo coral Ecos de Madrid, llevando música regional al extranjero. Fue mentor de la familia Sánchez-Bueno y padre de Mary Carmen Alvira, arpista de renombre.
Sus traducciones y adaptaciones al español entre 1896 y 1930 sentaron las bases de la ópera nacional. Su labor ejemplar consolidó su prestigio. Además, abordó tanto zarzuela como música sacra. En los años treinta enseñó música a su hija, quien alcanzó éxito como arpista, grabando óperas completas y colaborando con grandes maestros europeos.
Durante 30 años, Alvira seleccionó y formó talentos para el Teatro Real, trabajando con artistas como Titta Ruffo y Ángeles Ottein. Entre sus discípulos surgieron figuras como Julián Biel y Matilde Petrel. También enseñó bailes regionales, influyendo en sobrinas como Carmen Sánchez Bueno.
En los años veinte, con la crisis del Teatro Real, organizó temporadas en el Teatro de la Zarzuela. A pesar de la crisis de los años treinta, los alumnos de su academia mantuvieron su legado.
Bajo su dirección se estrenaron en España óperas como La Bohème (1900), Las bodas de Fígaro (1903) y Enrique VIII (1908). Otros estrenos incluyeron Ariadna y Barba Azul (1913), Fedora (1917) y Andrea Chénier (1918).
Alvira ayudó a Amanda Brown a recuperar su registro vocal, quien adoptó el nombre artístico de Bianca Alvira en su honor. Escribió Cómo aprender a cantar como cantaban los de antes, publicado póstumamente. Además, transcribió y clasificó jotas de Santiago Lapuente y Ángel Sola, cuya primera edición data de 1895.
Dirigió óperas y conciertos sinfónicos, como Carmen en la Exposición Universal de 1928, y fundó los orfeones Coros de Madrid. Recibió una hora de aplausos en el Teatro Real tras dirigir Rigoletto. Enseñó géneros variados, desde canciones navideñas hasta música tirolesa.
Patriota y filántropo, ofreció conciertos para apoyar a damnificados por desastres naturales. Casado con Amelia Sánchez Bueno, tuvo dos hijos. Está enterrado en el Cementerio de la Almudena en Madrid.
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