Ricardo Argentino Ramírez
Nació en Quitilipi, provincia de Chaco y con 19 años era soldado conscripto de la Armada.
A los seis años se mudó junto a su familia a Lanús, donde completó sus estudios. Soñaba ser constructor, como su padre.
En Malvinas estuvo a cargo de un mortero en el Batallón de Infantería de Marina N°5.
Falleció el 14 de junio en Sapper Hill, cuando una bomba le cayó cerca mientras se replegaba hacia Puerto Argentino.
Alberto, su hermano menor, buscó datos suyos durante años hasta que en los noventa encontró su foto en la tapa de una revista, junto al enfermero que fue a asistirlo. Ya había perdido la vida.
Participó en la Guerra de las Malvinas como miembro de la Armada Argentina como Conscripto.
El cuerpo de Ricardo Argentino fue uno de los 112 enterrados en el Cementerio de Darwin de forma anónima bajo una lápida en la que se leía “Soldado conocido sólo por Dios”.
Tras el fin del conflicto bélico, el Reino Unido se ofreció a enviar los cuerpos de los argentinos enterrados en el Cementerio de Darwin al territorio continental argentino pero los familiares de los caídos se negaron argumentando que “no hay nada que repatriar, porque están en su patria” reivindicando con este gesto la reclamación argentina sobre la soberanía de las Islas Malvinas.
Los cuerpos de los soldados “conocidos sólo por Dios” fueron identificados mediante pruebas de ADN realizadas hasta el año 2017 gracias a la Fundación “No me olvides” creada por el argentino Julio Aro y así la tumba de Ricardo Argentino Ramírez pudo disponer de un nombre en su cruz.
La Ley nacional argentina 24.950/98 le declaró Héroe Nacional por haber fallecido como combatiente durante la Guerra de las Malvinas, en el año 1982, en defensa de la soberanía nacional sobre las Islas del Atlántico Sur.
Fuentes:
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