Edgar Neville y de Romrée. Conde de Berlanga del Duero (IV). Madrid, 28.XII.1899 – 23.IV.1967. Escritor, humorista, cineasta y diplomático.
Hijo de Eduardo Neville, ingeniero inglés, y María Romrée, noble española, Edgar Neville heredó el título de Conde de Berlanga del Duero. Pasó su infancia en Alfafar (Valencia) y La Granja, lugares que influyeron en su creatividad. Estudió en El Escorial y el Colegio del Pilar, y tras una enfermedad, pasó tiempo en Suiza. Inició estudios de Derecho, pero interrumpió su formación para alistarse en la Guerra de Marruecos (1921). Posteriormente, retomó sus estudios y se graduó en Derecho.
En 1924 ingresó en el cuerpo diplomático y en 1925 se casó con la actriz Ángeles Rubio Argüelles. Su primer libro, »Eva y Adán» (1926), mostró su inclinación por la vanguardia literaria. Alternó la escritura teatral con el periodismo, colaborando en la Revista de Occidente.
En 1927 fue destinado a la embajada española en Washington, donde aprovechó sus vacaciones para viajar a Hollywood. Allí trabajó en la industria cinematográfica, destacando por sus esfuerzos para promover el castellano en las versiones españolas de las películas. Tras regresar a España en 1931, continuó su carrera diplomática y creativa.
Durante la Guerra Civil, fue encarcelado brevemente y logró huir a Londres. En 1939 filmó »Frente de Madrid» en Roma y, posteriormente, consolidó su carrera como cineasta y dramaturgo. Destacan sus películas »La torre de los siete jorobados» (1944) y »La vida en un hilo» (1945), además de obras teatrales como »El baile» (1952), que fue un gran éxito internacional.
En 1949 fue nombrado consejero de embajada. En los años 50 y 60 continuó escribiendo relatos y dirigió películas como »Duende y misterio del flamenco» (1952) y »Mi calle» (1961). Su salud comenzó a deteriorarse debido a problemas hormonales, pero siguió activo hasta su muerte en 1967.
Neville pertenece a la »otra generación del 27», junto a Jardiel Poncela y Miguel Mihura, caracterizada por un humor inteligente y desmitificador. Su producción literaria se divide en cuatro etapas: experimental y vanguardista (1926-1936), comprometida y bélica (1937-1951), teatral y desmitificadora (1952-1963) y poética e introspectiva (1964-1967). Su legado abarca cine, teatro, narrativa y poesía, consolidándose como una figura clave de la cultura española del siglo XX
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