Juan José Navarro de Viana y Búfalo, primer Marqués de la Victoria (Mesina, Italia, 30.XI.1687 – San Fernando, Cádiz, 5.II.1772), fue un soldado, ingeniero militar, marino, dibujante y escritor. Nació en una familia noble siciliana. Su padre, Ignacio Navarro, era capitán del Ejército, y su madre, Livia Búfalo, provenía de la nobleza local. Desde joven, Juan José se destacó en estudios militares y artísticos, obteniendo plaza en el Tercio Fijo de Nápoles a los ocho años, y destacándose rápidamente en campañas militares en el norte de Italia.
A los dieciséis años, Navarro participó en diversas acciones bélicas, incluyendo el sitio de Berruá y la batalla sobre el río Adda. Fue capturado dos veces, pero continuó su carrera militar, participando en el sitio del castillo de Ceba y otras acciones destacadas. Tras regresar a España, fue enviado a la corte, donde se le reconoció por sus habilidades militares y de ingeniería, especialmente durante los sitios de Valencia y Alicante.
En 1711, Navarro se casó con Josefa Gacet y tuvieron cinco hijos. En 1717, un cambio crucial en su vida ocurrió cuando la Armada española fue reorganizada bajo el mando del intendente José Patiño. Navarro pasó a formar parte de la Real Armada y fue elegido como el primer alférez de la Compañía de Guardias Marinas Nobles.
Durante la expedición a Cerdeña en 1717, Navarro asumió funciones importantes en operaciones navales. A lo largo de los años, ascendió a teniente coronel en 1719 y capitán de fragata en 1728. En 1729, tras una visita del rey Felipe V a los Guardias Marinas, Navarro ganó la simpatía del monarca, lo que impulsó su carrera, pero generó rivalidad con Patiño, quien intentó alejarlo de la corte.
En 1732, Navarro participó en la expedición a Orán, donde su destacada actuación fue decisiva en la victoria sobre las fuerzas moras. A la muerte de Patiño en 1736, Navarro ascendió a general y fue nombrado jefe de la Escuadra de Cádiz en 1737.
En 1741, fue encargado de escoltar la expedición española a Italia durante la Guerra del asiento o también llamada de la Oreja de Jenkins, enfrentándose a la flota inglesa. A pesar de la superioridad numérica británica, la escuadra de Navarro salió victoriosa en la batalla de Tolón en 1744, lo que le valió el título de marqués de la Victoria y el ascenso a teniente general de la Armada.
Su destacada carrera militar y naval lo convirtió en uno de los generales más respetados de su época. Descansa en el Panteón de Marinos Ilustres al que fué trasladado desde el Convento de la Isala de León, CADIZ.