Díaz de Escovar, Narciso (Málaga, 25 de junio de 1860 – 3 de mayo de 1935) fue un destacado escritor, periodista y abogado español. Su trayectoria académica comenzó en los escolapios de Archidona, mostrando desde temprana edad inclinación hacia las Humanidades. Tras un breve paso por el Seminario de Málaga, ingresó en el Ejército con intención de pertenecer al Cuerpo de Artillería. Sin embargo, su pasión por el Derecho lo llevó a abandonar la carrera militar y licenciarse en Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Granada.
A los veintiún años inició su carrera como abogado, alcanzando gran prestigio en numerosos procesos. Ocupó diversos cargos relacionados con la administración de justicia, como fiscal sustituto, magistrado suplente y vocal de la Junta de Prisiones. Su nombramiento como delegado regio de primera enseñanza lo alejó de la práctica del Derecho.
Paralelamente, desarrolló una prolífica labor literaria, cultivando géneros como la poesía, la novela y el teatro. Su obra incluye cantares, cuentos, leyendas, dramas, comedias, zarzuelas y monólogos. Además, incursionó en temas históricos, biográficos, religiosos y jurídicos, destacando sus trabajos Galería literaria malagueña y Bibliografía de la Prensa Malagueña.
Su pasión por el teatro se reflejó en el estreno de más de cien obras y en la fundación de una academia de declamación en 1886 en Málaga, de la que surgieron reconocidos actores y actrices. Sus coplas, caracterizadas por un lenguaje castizo y elegante, enriquecieron el cancionero popular.
En el ámbito periodístico, destacó como redactor, reportero y director en numerosos medios, incluyendo Ecos de Juventud, El Correo de Andalucía, La Unión Mercantil, Heraldo de Madrid y El Imparcial. En 1914, participó en el concurso bibliográfico de la Biblioteca Nacional con Ensayo de una colección de folletos, periódicos y hojas importantes impresas en Málaga (1599-1900).
Fue cronista oficial de su provincia desde 1917 y acumuló una impresionante biblioteca personal de más de treinta y dos mil volúmenes. Su compromiso social se reflejó en su trabajo con la Cruz Roja, siendo distinguido con la Cruz de Oro de la institución.
Díaz de Escovar también fue miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia, la de Bellas Artes de San Fernando y la sevillana de Buenas Letras, así como de diversas corporaciones científicas y literarias en Europa y América. Su legado perdura como testimonio de su polifacética contribución a la cultura española.
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