Antonio Mejías Jiménez, conocido como Antonio Bienvenida, fue un destacado torero nacido en Caracas el 25 de junio de 1922, durante una gira de su padre por América. Pertenecía a una ilustre familia taurina, los Bienvenida, una de las dinastías más influyentes en la tauromaquia del siglo XX. A pesar de su nacimiento en Venezuela, se consideraba sevillano de corazón, aunque la familia se estableció en Madrid en 1933.
Desde una edad temprana, Antonio mostró un gran talento para el toreo, debutando en público con solo doce años. Su carrera estuvo marcada por actuaciones memorables, como su debut en Madrid en 1939, donde rápidamente se ganó el respeto y la admiración de la afición. A lo largo de su vida profesional, tuvo muchos momentos de gloria, incluyendo tardes inolvidables en Sevilla y Madrid. Uno de los momentos más icónicos fue el llamado »quite de la escoba» en 1940, que se convirtió en una referencia histórica en el mundo taurino.
Aunque su trayectoria tuvo altibajos, y sufrió varias cornadas graves, Antonio Bienvenida se mantuvo como un torero de gran prestigio, más reconocido por su calidad y torería que por la cantidad de corridas que toreó. Su carrera se extendió por más de tres décadas, y se destacó por su valentía al denunciar el fraude del afeitado de los toros en los años 50, lo que le ganó tanto admiradores como detractores.
Se casó en 1948 con Carmen Gutiérrez Balbi, con quien tuvo cuatro hijos. A pesar de su gran legado taurino, ninguno de sus hijos siguió sus pasos en los ruedos. Antonio Bienvenida se retiró definitivamente en 1974, después de una carrera larga y llena de éxitos, con un total de 101 corridas en Madrid y 42 orejas cortadas.
Trágicamente, Antonio Bienvenida falleció el 7 de octubre de 1975 en Madrid, a causa de una grave lesión cervical provocada por una vaca durante un tentadero en la finca El Campillo, en El Escorial. Su muerte marcó el final de una era en la tauromaquia, dejando un legado imborrable en la historia del toreo.
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