Aurelio Biosca Torres fue el dueño de la Casa Biosca, una fábrica de muebles ubicada en el número 11 de la calle Génova en Madrid. Además de ser un destacado fabricante, desempeñó un papel clave como galerista vanguardista durante cincuenta años, inaugurando su galería en la posguerra, el 15 de noviembre de 1940, con una muestra de José Clará. Con el apoyo de la burguesía madrileña, promovió exposiciones de artistas como Manolo Hugué y Benjamín Palencia, así como de grupos como la Segunda Escuela de Vallecas y El Paso. La Galería Biosca, además, fue fundamental para los salones de la Academia Breve de Crítica de Arte impulsados por Eugenio D’Ors.
Biosca compaginó su actividad como galerista con el negocio de muebles, lo que le permitió mantener una programación artística más arriesgada. Además, fue proveedor de mobiliario para importantes instituciones como la Universidad Laboral de Gijón y el CSIC. En 2009, su hijo Luis Biosca donó al Museo Reina Sofía el archivo de la galería, que reúne una extensa documentación generada durante sus cincuenta y seis años de actividad, y es fundamental para la historia del arte español del siglo XX.
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